negativo

martes, diciembre 19, 2006

2006

Recuerdo hace un año haber escrito "Desechando (o no) 2005", una suerte de recuento del año que pasó hace casi un año. Recuerdo también cómo por menos cosas que las que han pasado este año quise desechar aquél. Este año ha sido una verdadera mierda. Pero también una gran maravilla. Amo 2006 porque he vivido tanto y he crecido mucho, muchísimo.
Nunca jamás he estado tan deprimido como el año qué termina. Ustedes mis infieles lectores lo saben muy bien. Descubrí que las penas de amor, que tanto me hicieron llorar tiempo atrás y aún lo hacen, pueden ser una partícula de sufrimiento tan pero tan pequeña comparada con el sufrimiento de una vida que se estanca, con el sufrimiento desesperado de la frustración, la impotencia, a soledad, el odio, el rencor, el pánico, la ansiedad, la tristeza, el desánimo, el desinterés y el descontrol frente a todo, siempre acompañados del llanto desesperado de aquél que siemplemente ya no tiene ganas de seguir.
Como no amar este año si he conocido tanta gente maravillosa que me ha acompañado y me acompaña siempre, de alguna u otra forma. Como no amar este año si he amado y amo tanto, si he compartido momentos increíbles con personas sumamente especiales, si lazos se han fortalecido tanto. A pesar de todo.
Si he tenido que lidiar con la distancia nuevamente. Y aún lo hago, día a día. Con la gente que se ha ido a hacer su vuelo. Con la gente que estuvo siempre desde lejos a mi lado. Con la gente con la que he llorado y que siempre me acompaña, aunque físicamente no esté. Con la gente que me acompaña desde hace milenios.
Si he tenido que lidiar con la soledad de no tener a quien abrazar, si he tenido que lidiar con decir adiós y algún día nos volveremos a encontrar. Algún día.
Si he tenido que lidiar con los pensamientos suicidas y vivo para contarlo.
Si vivo diaramente para reír y llorar y soñar. Y pensar que algún día me iré de acá, de esta ciudad podrida. Aunque me duela dejarlos a ustedes, queridos amigos.
Volaré, quien sabe cuando, pero lo haré. Es una promesa que me hice, y la cumpliré, pase lo que pase.
Vivo con la melancolía de aquella que se fue y quien sabe cuándo veré nuevamente. Aquella que no supe valorar tanto, quizás, lo sé.
Vivo perdido en el tiempo a veces. Los días pasan y parecen semanas.
A veces me doy cuenta de todas las lágrimas que vengo acumulando dentro pero que no salen jamás o salen de a poquitos.
Y sigo acá. Pensando y extrañando. Todo el día, todos los días.
Gracias a todos los que forman parte de mi vida. Siempre estarán aquí dentro.