negativo

martes, octubre 17, 2006

Ratzinger y su arrogancia

Ahora resulta que el Sr. Ratzinger (jamás lo acepté como Papa) dice que solo mediante la aceptación de la existencia de Cristo es que se puede conseguir la salvación, como se afirma en el nuevo CIC (Catecismo de la Iglesia Católica) echando tierra al Concilio Vaticano II, gran esfuerzo de la Iglesia Católica por abrirse al mundo (aclaración: católico = universal, por tanto la Iglesia Católica no debe cerrarse, ¡sino abrirse!) y todo lo logrado gracias a éste.
Para empezar, claramente dice Cristo en la Biblia que “nadie llega a Dios sino por Mí”, de lo cual se desprende, simplemente que Cristo es el medio, el camino para llegar a Dios. Pero Cristo, además de ser un ser, es un nivel espiritual, un nivel de consciencia, un nivel del ser, un estado del ser, un estado de consciencia, o como quieran llamarlo (igual que el Buddha, el Krsna, Confucio, Mahoma, el Zoroastro, etc.); por tanto, se debe entender a Cristo como una idea.
Los cristianos o católicos de izquierda como yo (y muchos otros que sin necesidad de llamarse cristianos o ser conscientes de que de alguna forma lo son) seguimos a Cristo (humildemente, lo intentamos), lo que significa hacer nuestro camino en tolerancia y aceptación, sin discriminación, entendiendo la importancia del amor, reflejando en nuestra relación con los demás nuestra relación con Dios, aceptando las ideas de cada uno, su forma de ser, su cultura, su esquema mental; simplemente, viviendo en paz con los demás, lo que constituye la experiencia de fe de cada uno.
De esta manera, el intentar vivir como vivió Cristo (Cristo = tolerancia) más allá de nuestro credo religioso o de si somos ateos o agnósticos, es lo que nos conduce a la salvación, proceso de aprendizaje que constituye muchas, muchísimas vidas. Por lo que creo en la cristiandad (el hecho de seguir a Cristo) y no en el cristianismo como medio para alcanzarla.
La cerrazón de la Iglesia Católica o la Musulmana o cualquier fanatismo religioso de tintes extremistas (por lo general de derecha en el caso de la primera), con actitudes soberbias, codiciosas y arrogantes al autocatalogarse como dueños de una verdad superior o ulterior, al igual que la codicia, el egoísmo y el odio entre gentes o culturas y la destrucción indiscriminada de la naturaleza, sin tomarla en cuenta a ella misma, a las almas en proceso de aprendizaje, ni a las generaciones posteriores de seres humanos que tienen tanto derecho como nosotros a disfrutarla y a lograr aprender a convivir en paz con ella solo conducen al autoaniquilamiento de nuestra casa, la Tierra, o el Mundo Material o el Infierno, como quieran llamarle, y con este, al aniquilamiento de nosotros mismos.
Mientras no se logre entender todo esto y en especial que la idea de Cristo como la explico; es decir, seguir a Cristo, sin necesidad de creer en Él, comportándose simplemente como lo he descrito, se seguirá generando más desunión entre las personas, lo que implica la autodestrucción y nuestro alejamiento de Dios. Por tanto, no se trata de aceptar a Cristo, sino de vivir en tolerancia, en aceptación, lo que creo y sé, es la única forma de salvarse.

Nótese que en ningún momento he hablado del bien y el mal, no somos quienes para saber qué es el bien, ni qué es el mal, como afirman los vedas.