negativo

sábado, febrero 25, 2006

Un poco de eso

Me asaltó un recuerdo de la adolescencia; mejor dicho, me asaltó el recuerdo de la adolescencia, es decir, de la soledad. La soledad que impregnaba cada actividad, cada pensamiento de mis días, cada paso, cada decisión, cada palabra dicha y cada palabra callada, cada momento vivido y cada sueño despierto, cada ilusión, cada decepción, toda mi melancolía, y ese odio, esa insatisfacción, ese resentimiento. Y yo seguía ahí, me veo claramente, igual de solo, encerrado en mi cuarto, llorando por no poder tener algo que quería tener: un poco más de compañía. Cuanto dolor me causó. Pero esa soledad es la que me hizo ser quien hoy soy. Y no reniego de eso, a pesar de lo sufrido.
Pensaba en todo esto porque mi mente hacía un paralelismo con mi vida actual, sobre todo por un aspecto esencial de aquella época podrida: el ser enamoradizo. Ahora que ando "solo" de nuevo y, a raíz de alguna pregunta que me hizo mi buen amigo Ernesto ("¿quién más te gusta?"), pienso que aquel rasgo ha vuelto, no con tanta fuerza, espero, pero algo de eso hay. Me pregunto si es real o es tan solo la soledad que me lleva de nuevo a pensar en situaciones descabelladas y pasionales, latentes pero remotas. Y sí, reflexiono y veo cómo empiezo a darle vueltas a algunas cosas como en aquella época podrida, pero sin sufrimiento de por medio.
Siempre me ha gustado jugar con las posibilidades y en mi mente siempre ando creando historias en las que, por supuesto, yo soy el protagonista. A eso me refería con lo de las situaciones descabelladas y pasionales, latentes pero remotas. Descabelladas a lo Martín Romaña, pasionales por exceso de sentimiento, latentes por lo que en algún EPM (estado posible del mundo) podrían darse y remotas por lo mismo que son descabelladas: difícilmente sucederán. Es un gran pasatiempo esto de soñar despierto. Si la vida no te satisface, crea. Eso es lo que yo hago, crear EPM's, imaginarlos, entre otras formas de crear. Es como un escape. Pero hay que ser realista, saber que uno está soñando. Sería un verdadero problema no diferenciar la realidad de la fantasía. Hay que darse cuenta de qué es lo más dable dentro de la situación creada, en realidad es otra forma de reflexión, es como adelantarse un poco y al mismo tiempo disfrutar. Pero no todo es disfrute en esas situaciones imaginarias, también la paranoia me lleva a crear situaciones, igual de descabelladas, pero posibles, en las que no todo es bueno para mí, pero de igual forma, me llevan a la reflexión.
Volviendo al tema aquel de ser enamoradizo, aquí estoy, sin prestarle tanta atención a aquellos pequeños gustos, un poco por no cagar algunas cosas y otro por seguir disfrutando de esta soledad que me ha costado ya algún gran sacrificio y habiendo causado dolor en alguien muy especial e importante. Seguiré solo algún tiempo, sin prestarle tanta atención a aquellos pequeños gustos. Seguiré viviendo antes que sobreviviendo, además.