negativo

martes, octubre 30, 2007

Me harté

Supongo, de muchas cosas.. de seguir de pie a pesar de todo. Esta vez quiero caer.. y al mismo tiempo alejarme de (casi) todos los que han hecho que de alguna u otra manera mis energías se vayan a la mierda o absorba las suyas.. (de mierda). Me harté..

*de verme envuelto en la serie de conflictos y cojudeces que me han venido rodeando estas semanas.
*del conflicto interior.
*de los agarres de mierda y su culturita correspondiente.
*de las chibolas inmaduras cojudas.
*de las chibolas esquizoides y bipolares.
*de las circunstancias distintas a las ideales.
*del despecho ajeno.
*de mis propios karma, retorno y recurrencia.
*de la marihuana.
*de la paranoia.
*de la parte izquierda de mi cerebro que distorsiona mis procesos intuitivos con sus yoes de mierda.
*de mis recuerdos de esta y otras vidas.
*de la desaparición de Su.
*de la vorágine y la tormenta.
*del Yacana Bar y de esa imagen sempiternamente en mi cabeza.
*de los arranques de locura.
*de los arranques de estupidez.
*de las relaciones superficiales.
*de egocentrismos cojudos.
*de la gente que no aprende de sus experiencias y errores.
*de la cobardía de la gente.
*de mi propia cobardía.

*de la gente que la caga con todo.
*de la gente que no escucha.
*de mí mismo.
*de mi volubilidad.
*de mi vacío afectivo.
*de mi sensación de soledad.
*de mis cambios de humor.
*de no sentirme valorado.

*de ti.
*de mí.
*del msn.
*de todo.
*de muchas cosas más.

Y lo peor es que no quiero estar solo. No ahora, no mañana, no pasado.

domingo, octubre 28, 2007

Días

Sal a caminar esta tarde conmigo
acompáñame a ver el Mar..
Coge mi mano.. fuerte, muy fuerte..
no te dejaré escapar..




Las cosas se han complicado, inesperadamente.. más de lo que ya estaban.. me siento algo perdido.. y aturdido.. y alterado.. y oh si.. tengo miedo también.. es demasiado intenso y vertiginoso.. todo.. quisiera echarme en la cama y ver el techo.. y que al levantarme todo vuelva a esta infame normalidad que es mi vida.. aburrida y monótona.. pero un poco segura.. un poco nada más.. un poco nada más.. tiempo de cambios.. tiempo intenso.. vertiginoso.. demasiado.. estoy en medio de la vorágine de un huracán..

miércoles, octubre 03, 2007

Un regalo

Ha sido un día bastante especial, a pesar de que algo sumamente importante no salió tal como esperaba, pero no estoy dispuesto a estresarme por cosas cuya solución escapa totalmente de mis manos. Eran pasadas las cuatro de la tarde y no tenía nada más que hacer, así que decidí irme a caminar por los malecones de Miraflores.
Empecé el recorrido por el parque Domodossola, no sin antes detenerme unos minutos a estar con el mar y el cosmos. Nunca antes había hecho recorridos como esos de día y la magia se empezaba a percibir, de una manera distinta, pero tan especial que como de noche. Pasé por mi odiado Larcomar, pero esta vez no lo bordeé por Armendáriz, sino que seguí lo más cerca del mar posible. Seguí hasta el parque que antecede al Parque Intihuatana, luego pasé por este último, caminé el Puente Villena e ingresé al Parque del Amor, cosa que no había hecho antes en mis caminatas por la zona -te buscaba, Meryl E.-. Seguí hasta el Parque Faro de La Marina; caminaba observando a la gente en los parapentes y a la gente que los observaba, seguí, caminando y observando a la gente: niños, adolescentes, jóvenes, parejas, ancianos, personas corriendo o caminando por deporte, paseando a sus perros, escuchando música con sus audífonos, mirando el mar, un camarógrafo de tv con cámara en mano y una desconocida presentadora de tv; el mundo funcionando y la calma de la vida que sentía a tope.
No quise llegar hasta el Faro y me di media vuelta, caminé hasta uno de los altos de las bancas a sentarme y fumar un rato. Un abuelo con sus pequeñas nietas en bicicleta se acercaban hasta donde estaba. Siguieron su camino y yo también el mío, de regreso, por el mismo sendero, hasta la bajada Balta, desde donde caminé hasta Larco para chapar mi micro ahí. Crucé Berlín y caminé hasta que lo divisé... o a alguien que se parecía e él.
Seguí caminando y observaba cómo detenía sus pasos y su mirada ante algo que no alcanzaba a divisar con claridad. Y vacilaba. Al fin, siguió caminando y yo lo observaba a los ojos, tratando de hacer contacto visual. Ya estaba seguro de que era él. Casi pasó por mi lado cuando me reconoció y le dije "Hola, Sr. R.". Y se detuvo. Y me saludó y me empezó a hablar y me dijo varias cosas, cargadas de afecto y estima (a pesar de solo haberlo visto unas dos o tres veces, hace más de un año ya). Yo le trataba de expresar que el afecto y la estima son mutuas, porque en verdad lo son. Porque en su familia yo siempre sentí una acogida muy calurosa, siempre me sentí "como en casa". Nos despedimos, me extendió -otra vez- una invitación a su casa, cuando quiera, tal como me lo dijo hace más de un año, cuando Ella se fue.
Me subí al micro y me senté al fondo y las lágrimas empezaron a brotar. Lágrimas de nostalgia, emoción, alegría, añoranza, cariño, etc. Pero yo estaba feliz y lleno de paz. Además de la alegría que me causó el encuentro, me sentía felíz porque hacía muchos meses que no me sentía tan cerca de Ella. Encontrármelo fue un maravilloso regalo para mi, algo absolutamente inesperado.

martes, agosto 28, 2007

(Anti)Legitimación del vivir de los recuerdos

Breve reflexión post noche de cumpleaños.

Porque soy triste y transparente
Porque zozobra mi razón
[Fernando Delgadillo - Cuento]


Durante las horas que pasé con mis amigos el sábado por la noche y domingo al amanecer y mañana sentí una tristeza/angustia que no me dejó disfrutar del todo de la compañía de la gente que quiero. Y realmente terminé llorando bastante. Quizás entre algunas cosas, porque esperaba que algunas personas estén ahí y no lo estuvieron. Pero sí apreciaba la compañía de los que estaban ahí y de hecho dije cosas que quizás no debí, pensándolo bien, y que pudieron ser malinterpretadas. Cuando la verdad es que siempre les estaré eternamente agradecidos por todo lo que dan y comparten, por todo el cariño que me tienen.
Más tarde me preguntaba por qué dejé de disfrutar tanto las cosas y se lo dije a un amigo y me dijo que debo aprender a vivir el momento. Y pensé en el aquí y el ahora, que entiendo y comprendo, pero veo que no logro asimilar aun. Ya luego de eso, empecé a recordar diversos momentos que compartí en esa dizque celebración y se sentía todo muy agradable. Son buenos recuerdos. Eso me hizo pensar en por qué en el momento en que vivo las experiencias no las disfruto tanto, pero pasadas las horas se tornan en recuerdos agradables por los que se siente que vale la pena lo que uno vive. ¿Por qué en el instante no lo disfruto tanto y, cuando eso ya ha pasado, el recordarlo me hace sentir bien?
Por otro lado, alguien me dijo que debo bailar más Footloose (lo que significa que debo desahuevarme), más que nada porque les frustra verme tan triste. En ese momento pensé si debía dejar mi transparencia y colocarme nuevamente máscaras encima, frente al mundo y lo que es peor, frente a mis propios amigos. Pero no lo haré.

Gracias a todos los que me acompañaron y me saludaron. Es todo por ustedes, mis amigos.

jueves, agosto 09, 2007

Comprender, aceptar, perdonar

Hace varios días, durante varios días, he sentido la necesidad de cerrar este blog, no sé si por terminar al fin una etapa o por el hecho de que no quiero que me lean aquellos que me conocen y no les cuento mis cosas, aquellos que por lo mismo que no se las cuento, no quiero que se enteren. Con el resto no hay problema, por supuesto (aquellos que me conocen y les cuento mis cosas, y aquellos que no conozco y se enteran de mis cosas). Yo creo que es un poco de todo; también es que voy cerrando una etapa y he hecho mas de una cosa, simbólica quizás, al respecto.
En este preciso instante lo que me lleva a escribir estas líneas no es la sensación de querer cerrar este blog. Y no sé qué es tampoco. Parece tedio, aunque no lo sea. Estoy inconforme con algunas cosas que no debo contar porque son delicadas (again, conocidos leyéndome y enterándose de cosas que no quiero que se enteren) y me las callo, como tantas veces hago, al final el sufrimiento se hace en silencio o la procesión se lleva por dentro, como dicen. Aunque a veces no pueda más, simplemente. Y explote.
Diré que voy entendiendo muchas cosas. Cosas que probablemente no sean ni conscientes para aquella persona implicada, quizás si las escuchara diría que estoy totalmente equivocado, pero eso está dentro de ella, aunque no lo sepa. Pero lo que aún no logro es aceptar, comprender y perdonar. Y aun hay rabia ahí, bastante, inconformismo y, again, cosas que escapan a mi comprensión. Pero como alguien me dijo hace ya varios meses, yo no soy el único que sufre de los dos y todo lo que ha pasado/viene pasando, también ha sido/viene siendo difícil para ella. Por ende, por más que no comparta su forma de lidiar con todo esto, debo respetar su autoprotección. También me dijeron que la trate como trato a cualquiera. Y eso en mi significa que debo ser tolerante, que cada uno tiene sus razones para actuar y que cada quien maneja su vida como quiere y nadie tiene derecho a meterse en la vida de los demás más allá de los límites naturales de una amistad, por ejemplo. Pero no puedo actuar como si ella fuera cualquier otra persona -o me cuesta demasiado-, precisamente porque no lo es. Curiosa cosa que es la indiferencia. En este caso seria "indiferencia aparente". Lo que esconden las apariencias. Pero puedo equivocarme. Como digo últimamente, al final yo no sé nada, no soy más que un lego.
Comprender, aceptar, perdonar. Tarea en extremo difícil.

sábado, junio 30, 2007

Y que fluya todo..

Detrás de todas esas nubes que suelen cubrir esta (nuestra) ciudad ahora debe estar brillando la Luna llena. Hace una semana que ya es invierno.
Hace unas semanas (junio es una mierda) tuve un buen susto con un ataque de angustia bien intenso y un incipiente ataque de ansiedad en simultáneo. Me asusté tanto que recordé mi estado de ánimo de hace un año y me dije, “o sea que viene lo peor: los deseos suicidas”. Quizás fue exagerado comparar lo que sentí en ese momento con cómo me sentía en junio del año pasado, pero hacía tanto que no me sentía así que inmediatamente aquellos días infernales vinieron a mi mente, como si la última vez que me hubiera sentido así hubiera sido por aquella época. Es que hacía tanto que ya ni recordaba.

Si bien es cierto no me siento de maravilla, tampoco me siento tan cagado, ni creo haber empeorado, tampoco. Pero ya junio acaba hoy y nada ha cambiado sustancialmente en referencia a las expectativas que tenia para este año. La primera mitad del año está por finalizar (acabo de advertir que se me pasó el Día Fuera del Tiempo 2007 -25 de junio, según el calendario gregoriano-, ¡Joder!). Se acaba mi año sabático pronto. Ya viene ella pronto.
Quisiera que ese “espero” del post anterior se hubiera hecho efectivo, pero no ha sido así. Aún me debe ella algo, aunque parece que ya lo ha olvidado.

En un segundo todo puede cambiar. Y yo tengo miedo, hay cosas que pasan dentro y que no entiendo. Y que tampoco explicaré ahora. Quizás luego, si siguen estando esas cuestiones dentro, jodiendo, por algún tiempo.

Y ya viene el cinco de julio. Y yo tengo miedo de hablar ahora, de decir qué pasa dentro. Aunque no sepa nada de forma certera, aunque no entienda nada o algunas cosas, aunque mucho se mezcle acá dentro. Solo dejaré que pasen los días.. y que fluya todo..

jueves, mayo 24, 2007

Y ya (Espero)

Basta de callarme esto. Es increíble la cantidad de cosas por las que he pasado todas estas últimas semanas, emocionalmente hablando. Recuerdo que hubo un punto en el que quería escribir sobre la frustración de no poder contar un par de historias que necesitaba contar por mantener en secreto algunas cosas, frente a esas personas directamente involucradas y en suma a quienes estuvieran ligados a ellas. Pero al final, ya ven, no lo hice. Y, ahora, qué más da.
No me siento nada bien. Han sido días bastante extraños en verdad. Con un cambio de rutina bastante claro. Pero eso no interesa. Interesan mis procesos emocionales, los vividos desde que supe que venía, todo lo que experimenté interiormente hasta el jueves pasado en que de alguna forma las cosas se tranquilizaron. Al menos esa verdad dejó de ser solo mía para pasar a ser parte de ella también.
Durante meses me he dedicado a sobreponerme a su partida y al fin lo iba consiguiendo más o menos bien –o al menos eso sentía y creía-, cuando ya finalizaba abril y las circunstancias eran mas o menos distintas. Pero alguien me dio esa noticia aquella noche de sábado, en la entrada de mi casa. Y a partir de ahí todo fue distinto; fue como si todo a mi alrededor desapareciera y solo era mi yo experimentando una serie de ideas, pensamientos, sensaciones, sentimientos, recuerdos, visiones, cargado de un frenesí adrenalínico y en suma del pánico que se apoderaba de mí vertiginosamente.
Me di cuenta de tantas cosas. Demasiadas. No iba “más o menos bien”. Solo pensaba que era así, pero no y la sola idea de su visita me daba pánico absoluto. Poco a poco la sensación fue disminuyendo con los días, pero el miedo continuaba ahí. Y no se diluía. Al final lo que pude entender de mi y descubrir es que aun no había superado las cosas del todo –faltaba un buen trecho- y, en cierta manera, llevaba cosas dentro que me ataban a ella aun. Pero eso último como que no lo tenía claro y así estuve por varias semanas hasta la pasada en que de alguna forma las cosas cambiaron de rumbo.
Alguien me dijo que por sanidad debía decirle todo lo que llevaba dentro. A mí esa idea nunca se me había cruzado por la mente siquiera y me pareció bastante buena, ya que siempre he creído en la apertura y la honestidad, aunque siempre me costó al tratarse de mis sentimientos.
Si de alguna forma me sentí en todos esos días fue como un gran tonto. Por pensar tantas cosas de ella, por sentir tantas cosas de nosotros dos. Pero entendí que son mis sentimientos y por tanto no pueden ser tontos. Que aunque no los quiera dentro, son míos y no puedo pensar que son tontos.

Esas cosas me llevaron a decirle todo a ella. Todo lo que me había guardado estos meses, las razones por las que hice cosas que hice y nunca se las dije, los sentimientos y pensamientos supuestamente tontos, mi pánico y todo lo que entendí de mí luego de haber recibido la noticia de su visita.
Dediqué varias horas del jueves a redactar la carta que por la noche le mandé en la que le decía todo aquello de manera bastante detallada, con el fin de botar aquellas cosas que tenía dentro, una tentativa más por desatarme, pero con el miedo de alejarla aun más –la extraña paradoja de todo esto.
No fue si no hasta el sábado por la noche que pude leer su respuesta. Leí y leí líneas y líneas, pero no sabía cómo reaccionar ante lo que iba leyendo, no sabía qué decir y ella tampoco. Lo cierto es que no me gustaba nada lo que leía y aunque le decía a ella que es lo que es, que no es ni bueno ni malo, lo que leía no me gustaba. Hubo algo de lo que me dijo que me dolió, pero de todos modos no dejaba de tener razón.
No me sentía nada bien. Nada bien. Yo tenía pensado ir al María Reiche a distraerme y meditar. Pero tenía un compromiso con el que cumplir aunque no tuviera ganas de cumplirlo. Sin embargo, la noche se desarrolló de manera bastante fuera de lo común y bastante fortuita, además. Una amiga (a quien no veía desde enero) en el msn me decía que quería salir y la pm, y yo con el compromiso ese. Entonces le dije que me acompañara al MR y de ahí fuéramos a lo del compromiso. La fui a recoger a su casa y nos pegamos una buena lata por toda la avenida Del Ejército hasta la altura del parque María Reiche, que bordeamos, y seguimos por el malecón hasta Pardo, donde entramos, rumbo al Oso Bar, donde no iba desde hacía más de un año, me parece.
Al final, tomé algo de chela (un vaso en total fácil), bailé algunas canciones, salté y grité al ritmo de Killing in the name y pogueé con Smells like teen spirit, sintiendo que convertía parte de mi tristeza en rabia y la expulsaba cual vómito. Fue una extraña noche, ligeramente catártica.
Hoy quisiera hablar con ella una vez más. Hacerle una pregunta acerca de aquellas cosas que me dijo aquella noche y ya. Sí, y ya. Ahora, luego de tanto, me siento como antes de saber que venía pero sabiéndolo. Bastante extraño, en verdad. Pero sé que tengo todo para salir de esto -al fin-, solo quisiera preguntar eso para tener en claro algunas cosas y ya. Sí, y ya.

jueves, mayo 17, 2007

My friendly star

¿Recuerdas esa estrella amigable
que dibujaste en mi mano
antes de que salga al escenario?
¿Recuerdas ese beso en la mejilla
que te di esa misma noche en la cocina
antes de que salga al escenario?

Eres esa gran estrella que alzó vuelo
y se fue lejos, muy lejos.
Y yo soy solo ese gran tonto que aún
te llora todos los dìas.

Y es que brillas tanto como el Sol
en todo lo que haces, en todo lo que eres
y yo soy solo esa sombra que se pregunta aún
si está ahí contigo, cada día.


Eres esa gran estrella que alzó vuelo
y se fue lejos, muy lejos
y yo soy solo ese gran tonto que aún
te llora cada día.


¿Recuerdas como yo todas esas risas?
Me pregunto si algún día podremos
reírnos igual tú y yo juntos;
si tú y yo de nuevo tantas cosas juntos.

My friendly star,
my friendly star.


Canción escrita el veinticinco de enero de este año.
Ningún tonto. Ningún tonto.

viernes, marzo 30, 2007

Niebla: motivaciones

Se preguntarán, quizás, por qué quiero revivir (de alguna forma) algo que representa una etapa traumática y dolorosa de mi vida. Quizás pueda parecer masoquista. Las verdaderas motivaciones realmente las desconozco, pero hay algo que me llama a hacerlo y sigo sin saber exactamente qué es.
Conversaba al respecto con mi amigo José Pez y me dio su opinión. Según él,
quizás haya dejado cabos sueltos y muchos pueden ser los motivos que me causarian placer reviviéndolo, no necesariamente por el dolor que me causó. Yo le dije que quizás sea por tratar de cerrar una etapa que aparentemente ha sido cerrada pero en realidad no; sobre lo que me dijo que ese es un motivo frecuente para empresas de tal tipo.
Lo cierto es que ese período de mi vida me marcó muchísimo. No puedo decir que cambié porque soy de los que no creen que las personas cambien: la vida de por sí es dinámica y simplemente aparecen distintas fascetas de uno de acuerdo a las circunstancias y a lo que uno va viviendo. Y eso me sucedió a mí esos meses. Conocí cosas de mí que no conocía en ese grado, experimenté sentimientos que no había sentido antes, al menos no en tal intensidad. Entonces, aprendí de mí de qué soy capaz, de cuáles son mis límites en situaciones extremas como las que viví esos meses, entre otras muchísimas cosas, durante los meses posteriores a los infernales además. Como ya dije en mi post 2006, crecí muchísimo el año pasado, a pesar de y gracias a todo lo sucedido esos meses y los que siguieron.
Y querer revivir, conmemorar ritualmente, esa noche, no corresponde a algo relacionado con Karmen exclusivamente; es decir, no lo hago por atar cabos sueltos respecto a mi relación con ella
(lo sucedido con Karmen solo es una parte de que doy en llamar los meses infernales, una parte bastante importante, sí, y también la que inició todo ese proceso, pero es eso: una parte), ni por querer cerrar algo que quizás no haya cerrado ya, específicante, si no que es algo que va muchísimo más allá de eso y realmente no puedo decir qué busco con exactitud.
Aparentemente no tiene sentido, pero sé que aprenderé algo nuevo, o entenderé cosas que no entiendo hasta ahora o veré ciertas cosas con un enfoque distinto. No lo sé. Quizás solo sea que es posiblemnte el acto más representativo de aquellos meses que me marcaron tanto y por eso quiero conmemorarlo. Quizás sea tan simple como eso y no tengo otra motivación que el simple querer hacerlo, porque me nace y hallar una razón quizás no sea importante en este caso, tampoco la necesito. Solo me preguntaba si era un acto masoquista y de esa pregunta surgió este post, aunque me la hice días antes de escribir Niebla en realidad, porque hace días vengo pensando en ello. Ya dije que espero con ansias que se de lo necesario para realizar la conmemoración ritual.
Masoca o no, me nace hacerlo y lo haré, a menos que no haya niebla otoñal, lo cual sería verdaderamente trágico para mi. Ni pensarlo.

jueves, marzo 29, 2007

Niebla

Creo que unos de los eventos más representativos de los meses infernales fueron los dos recorridos que hice por los malecones de Miraflores por aquellos meses.
Inicié ámbos en mi amadísimo parque María Reiche y seguí hasta el Parque del Amor. El primero (29/30 de abril) lo realicé hasta el fin del parque inmediatamente anterior -el del Faro- y luego crucé hasta la Bajada Balta, en dirección a la zona comercial de Miraflores, donde tomé mi micro y regresé a casa, dispuesto a tomar solo. Eran los días del dolor y de la desesperación de lo sucedido con Karmen. El segundo recorrido (fines de junio, me parece) se inició también en mi amadísimo Parque, pero no crucé antes del Parque del Amor, sino que seguí de largo, caminé el Puente Villena hasta el otro lado de la Bajada Balta, llegué al Mirador que hay ahí, donde una vez pasé una noche, de sábado me parece, con Ricardo conversando y compartiendo, cuando aún estaba en Lima. Aunque en aquella oprtunidad no me detuve en dicho parque sino que solo lo observé al pasar, crucé la avenida y me metí entre las callejas, hasta llegar al inicio de Benavides, donde tomé mi carro dispuesto a regresar a casa a tomar solo, nuevamente. En esa segunda oportunidad
de alguna manera quería realizar el recorrido nuevamente, revivirlo de alguna forma aunque tenía otras motivaciones y mental y sentimentalmente estaba mucho más grave, mi depresión realmente me consumía y lo que se inició con una pena amorosa se había expandido astronómicamente tornándose en un descontrol de mi vida y en una pérdida de interés total en todo. Aún seguiría en el hoyo por algun tiempo más, aunque ya estaba saliendo.
Ya llegó el otoño y para mí, desde el año pasado, desde los eventos de los meses infernales, el otoño estará siempre marcado por el recuerdo de aquellos meses y de cosas como aquella caminata. Y quiero revivirla. Estuve buscando en diversos logs de aquellos días y en mi blog y ya tengo tres fechas que necesitaba para organizar mental y sentimentalmente esos recuerdos: las fechas en que me corté el cabello, en que escribí la Carta Abierta y en la que realicé la primera caminata (desde ahora la caminata).
Me gustaría que cuando lleguen los días de niebla otoñal haya entre ellos un sábado -porque tiene que ser sábado-, un sábado por la noche y tener dinero para pasajes y cigarros y estar libre, muy libre. Pero quién sabe si habrá tanta niebla como aquella este otoño y cómo saber si los malecones miraflorinos estarán impregnados de ella. Quizás por acá esté nublado y por allá no o, pero aún, acá no y allá sí.


Fuente: http://www.flickr.com/photos/juanpg/158951071/


Y es que en verdad fue impresionante la niebla aquella noche. Y es como un via crucis, como un rito conmemorativo el repetirla. Fue un sábado, como ya dije, salí de casa como a las 11pm, tomé una S que me dejó en la Av. Del Ejército y caminé hasta el parque María Reiche, me senté en esa banca a llorar, lo que de hecho ocurrirá al recordar y más aún con la niebla rondando, durante mi planeada conmemoración ritual. Luego fui hacia la parte del mirador del parque, estuve ahí un momento, me fumé un pucho mientras miraba el Mar y empecé a caminar, al costado del mismo. Y caminé. Y caminé. Pasé por el parque donde están las rampas de skaters, luego por el parque en el que me estuve columpiando "como niño que aún soy y que nunca dejaré de ser a pesar de todos estos años de sufrimiento que he tenido", luego el parque de las energías negativas, donde abajo venden helados y hay mesitas, subí encima de dicho local y sentí unas nergías negativas que me invadieron y no soporté y huí de aquella suerte de mirador. Luego hacia el parque del Faro, con sus dos tíos ebrios en una banca, uno durmiendo y el otro con aspecto catatónico saludándome, los serenos paseantes, los adolescentes cheleando en una banca a los que el sereno les llamó la atención y ellos respondieron que quedaba poca chela, que ya se iban y yo seguía caminando, luego por la explanada donde se tiran en parapente cuya imágen fue realmente increíble en ese momento: la niebla imposibilitaba ver el horizonte y se veía un grupo de personas sentadas sobre el pasto, sobre lo que desde donde estaba parecían pareos -el pasto debe haber estado muy húmedo, así que no creo que les haya servido de mucho. Llegué al fin del parque y crucé antes del Parque del Amor, como ya dije, rumbo al centro de Miraflores. Tomé mi carro en el paradero de la Calle de las Pizzas y me dirigí a mi hogar, me preparé mi trago con pisco y jugo de frutas y me embriagué en soledad, frente a la pc, con el MSN de compañía y también el IRC, donde me encontré con Karmen para malograrme la noche. Me embriagué en soledad en busca de aquella anestesia frente a tantos sentimientos apasionados y entrelazados que me envenenaban y me abrumaban (ver Carta abierta a la Niña K para más detalles sobre esos sentimientos). Me embriagué para no sentir, para no sentir tanto.
Mientras escribía las notas que inspiraron este post me preguntaba por algunos detalles de ese día, como si ya me había cortado el cabello o no y si ya me pintaba las uñas. Mencioné líneas arriba que verifiqué con ayuda de logs y posts las fechas respectivas. Así, el cabello me lo corté el 25 de abril y la caminata la realicé la noche/madrugada del 29/30 de abril, así que definitivamente ya estaba peladísimo para esa noche. Recordaba mi indumentaria, bien darqueta, aunque sin maquillaje: mi pantalón de corduroi negro, mi polo de manga corta negro, quizás mi polo negro delgado de manga larga también y mi chompa negra de cierre y cuello alto que me había regalado Iván A. dias antes, mi gorro de lana gris y seguramente con las uñas pintadas de negro.
Espero con ansias que se repita una noche sabatina de niebla otoñal y tener lo necesario para realizar la conmemoración ritual. Quizás esta vez use mi boina negra y no mi gorro de lana gris. Aún hay tiempo y esa noche de sábado se puede dar en cualquiera de los sábados de los dos meses que se avecinan. Otoño es hasta junio, aún hay tiempo.